Mas ¡ay Señora!, que yo me veo oprimido por mis vicios, y cargado con mis culpas y pecados, y no puedo levantarme sin los poderosos auxilios de la divina Agudeza, y sin el favor de vuestro maternal socorro. Este dolor final es la culminación del duelo de Nuestra Madre, y https://heinze263cvm2.theblogfairy.com/profile