Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en https://sairalzbx017565.timeblog.net/74286272/por-qué-zidane-le-dio-un-cabezazo-a-materazzi